La pelea que desde hace unos años viene mantenido la Asociación Mutual
Aseguradora (AMA), con su presidente a la cabeza, contra la Dirección
General de Seguros y Fondos de Pensiones (DGSFP), mejor dicho, con el
director general, Ricardo Lozano, parece que se ha resuelto en tablas. Esa
es al menos la impresión que da por el momento, después de conocer los
distintos dictámenes judiciales que se han emitido al respecto. La batalla
se remonta al verano de 2008, con un expediente abierto contra los
directivos de la mutua por supuestas irregularidades en su gestión, por lo
que la DGSFP prohibió a la aseguradora realizar sus operaciones sin
autorización previa y abrió un proceso sancionador contra el presidente de
AMA Diego Murillo, y dos secretarios de la mutua, Manuel Campos y Manuel
Sánchez a los que se inhabilitó y se les suspensión de sus cargos. Pero los
últimos acontecimientos han tenido lugar este verano.
La resolución Sección Sexta de la Sala Contencioso-Administrativo de la
Audiencia Nacional dictó una resolución el pasado mes de junio por la que
obligaba a Seguros a rehabilitar a los directivos de la aseguradora que
habían sido apartados de su cargo anteriormente por el organismo de control
de los seguros. Ahora es el Juzgado de Instrucción nº 51 de Madrid quien ha
archivado las tres querellas interpuestas por esos mismos directivos de AMA
contras Ricardo Lozano, como había solicitado la Abogacía del Estado, que ha
actuado en todo este caso como defensor del director general de Seguros.
Así que tenemos que, por una parte, la Audiencia Nacional acepta las tesis
de AMA y en el mes de junio se desdice y revoca un anterior auto suyo de 13
de noviembre de 2009 -en el que había mantenido la inhabilitación temporal
de los directivos de la aseguradora-. Y justifica esa decisión en la
sentencia dictada por el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) del
pasado 22 de abril, que anuló las medidas de control especial dictadas por
la DGSFP contra la mutua.
En esa sentencia, el Tribunal Superior consideró que no se había puesto en
peligro en ningún momento la solvencia de la mutua, ni que tampoco se puso
en peligro los intereses de los asegurados de AMA en los términos que
mantenía Seguros. Además consideró que los hechos por los que Seguros había
adoptado las medidas de control especial resultan unos "bastante
irrelevantes y sin incidencia en el volumen de negocio de AMA", otros
"erróneamente interpretados por la Administración" y el resto "opinables y
susceptibles de interpretación", con lo que dejaba a los pies de los
caballos la actuación de la Inspección de Seguros y de la propia Dirección
General.
Además, la sentencia del TSJM contempla la posibilidad de que la Mutua
reclame el resarcimiento por los perjuicios ocasionados por la actuación
administrativa anulada, de acuerdo al correspondiente procedimiento de
responsabilidad patrimonial de la Administración.
Ante esta situación, Seguros no tuvo más remedio que dar su brazo a torcer y
rehabilitar a los directivos sancionados, cosa que se produjo a bombo y
platillo el pasado 30 de junio con motivo de la asamblea general de
mutualistas de Asociación Mutual Aseguradora, en la que Diego Murillo se dio
un baño de multitudes y fue repuesto en su cargo con todos los honores.
ESTUDIO SOBRE DAÑOS
En dicha asamblea se anunció a bombo y platillo que la entidad había
encargado un estudio de los daños ocasionados por la sanción de Seguros con
la intención de reclamar a la Administración los daños y perjuicios
ocasionados, tal como posibilitaba la sentencia del TSJM.
Pero todavía quedaban por resolver tres querellas presentadas por AMA contra
el director general de Seguros en las que se le acusa de prevaricación y
calumnias. En la última de ellas, Diego Murillo y los otros dos consejeros
sancionados acusan a Ricardo Lozano de vulnerar lo dispuesto en el artículo
441 del Código Penal, al tener en su domicilio particular la sede de una
empresa, denominada Versus AIF, que apodera su mujer, y que desde hace ocho
años se dedica a realizar de trabajos y gestiones administrativas en régimen
de apoyo a empresas, a la vez que comercializa sistemas informáticos para
cálculos actuariales del sector del seguro, actividades expresamente
prohibidas para funcionarios según el citado artículo.
Y esas tres querellas son las que precisamente ha decidido archivar el
Juzgado de Instrucción nº 51 de Madrid, como había solicitado la Abogacía
del Estado, con lo que se entiende o se puede suponer que Ricardo Lozano es
totalmente inocente de las acusaciones que se le hicieron.
Ya tenemos otra vez el lío armado. Si Seguros se pasó en la sanción a AMA y
la aseguradora puede reclamar daños y perjuicios y además Lozano es inocente
de lo que se le acusaba, ¿por qué ha tenido lugar toda esta guerra? ¿Quién
es el culpable? Ha habido unos perjuicios económicos y alguien tendrá que
pagarlos, ¿no hay nadie a quien pedir responsabilidades? ...¿Se pasó la
DGSFP cuando inspeccionó a AMA? ¿Realmente Lozano persiguió a los directivos
de la aseguradora? ¿Contraatacó ésta con denuncias falsas o infundadas?
Pese a este empate técnico momentáneo, la cosa está más complicada cada vez
o, mejor dicho, surgen más dudas, porque lo lógico es que la razón no la
tengan las dos partes al mismo tiempo, aunque sí es posible que ambas partes
tengan parte de razón, aunque en este caso sea especialmente difícil de
entender.
Fue un alcalde de Jerez quien dijo hace muchos años que la justicia era un
cachondeo. Yo no me atrevo a tanto, pero si afirmo es que en muchas
ocasiones las decisiones de la justicia parecen contradictorias y difíciles
de entender.