Según publica hoy El Economista, Caser habría mantenido en
los últimos meses diversos contactos con posibles socios financieros, sin
que ninguno de ellos fructificara, debido, según apunta el diario, a que ni
las condiciones del negocio ni sus perspectivas convencen a los posibles
inversores, que temen la llegada de Basilea III, normativa que ven como un
gran riesgo.
Según recuerda uno de los accionistas de la entidad, la nueva
regulación cierra para la entidad una de las principales vías de
financiación, por lo que el objetivo se centraría ahora en encontrar un
socio en algún otro grupo asegurador, lo que obligaría a Caser a realizar
una operación de mayor calado, similar a una integración o absorción.