Estas calificaciones de Mapfre se sustentan en una franquicia global 'diversificada y bien equilibrada', que tiene una fuerte capacidad de distribución en España. Además, el grupo ha contabilizado mejores resultados de suscripción y financieros en 2010, ayudado por las plusvalías realizadas sobre valores financieros y activos inmobiliarios, pese a las catástrofes naturales, en particular el terremoto de Chile. Los beneficios del grupo asegurador suponen su flexibilidad financiera y su sólida liquidez, así como su fuerte posición de capital (un 285% superior al mínimo legal, a finales de 2009), y el hecho de que la adecuación de capital ajustada al riesgo sea robusta y acorde a sus actuales calificaciones.
Presión competitiva en los mercados de España
Debido a la recesión continúan la precarias condiciones comerciales, las menores ventas de coches, una "fuerte presión competitiva" sobre las tarifas y el aumento del ahorro de los hogares para evitar las malas condiciones del mercado de trabajo. Esto podría resultar en menos ingresos, en particular en No Vida, durante 2010 y 2011. Sin embargo, Mapfre está bien posicionada para capear estos retos, dado su poder de precios en el país. Las calificaciones de Mapfre podrían mejorar si mantiene su capacidad para suscribir de forma "rentable y disciplinada un negocio sostenible", tanto en España como a través de las operaciones en el extranjero (en particular, en Estados Unidos y América Latina).