Aunque el importe de la operación no ha trascendido, el precio final de la inversión realizada por Mapfre puede aproximarse a los 30 millones de euros, con una rentabilidad en torno al 6,25%, según distintos inversores que han tenido acceso al cuaderno de venta que ha gestionado la consultora inmobiliaria Aguirre-Newman, encargada del proceso. El inmueble tiene más de 7.000 metros cuadrados repartidos en planta baja y tres alturas, más otras dos bajo rasante empleadas como parking para un total de 200 vehículos.
El eje norte de Madrid se convierte uno de los más activos fuera la zona urbana, donde los precios son aún mucho más elevados. El pasado mes de octubre, la familia Beitia (Gorbea) cerró la compra de la futura sede de FCC en el complejo empresarial de Las Tablas, en la misma confluencia que marca la N-I en dirección a Burgos. Durante los últimos meses, las fortunas privadas están protagonizando compras de edificios singulares de oficinas. Si la semana pasada fueron la familia Lladó y la familia Ortega (Inditex), antes fueron los Reyzábal (ex Windsor), los González-Delgado (ex El Corte Inglés) o los Caboel (ex Caprabo), que apuntan a cualquier activo por debajo de 100 millones de euros.