Con el fin de conocer el nivel de seguridad de los vehículos españoles, Fundación Mapfre ha elaborado un estudio del que se deduce que en los últimos cinco años se ha incrementado notablemente el nivel de seguridad, aunque no obstante, siguen existiendo diferencias entre el equipamiento de seguridad que incorporan los vehículos de categorías inferiores y superiores. El objetivo de este informe es analizar y comparar los principales elementos de seguridad que contribuyen a prevenir y a reducir los daños tras un accidente, así como mostrar la evolución de algunos de estos elementos que están instalados como equipamiento de serie. El informe recomienda a los conductores que quieran comprar un vehículo que soliciten más información relacionada con la seguridad del mismo e insta a los fabricantes a que prioricen la incorporación de los elementos de seguridad en todos los vehículos que comercialicen.
Según se pone de manifiesto, uno de los factores que más ha contribuido a reducir el número de fallecidos y de lesionados graves en accidentes de tráfico en los últimos años ha sido la renovación constante del parque de vehículos con más y mejores sistemas de seguridad. Esta es una de las conclusiones del informe ‘Evolución de los sistemas de seguridad entre 2006 y 2011. Análisis de la evolución del equipamiento de seguridad de serie en turismos’, que ayer dio a conocer Fundación Mapfre.
De esta forma, el informe analiza la implantación de los elementos básicos de seguridad activa y pasiva como el control electrónico de estabilidad (ESP), el sistema antibloqueo de frenos (ABS) y el airbag en los vehículos más vendidos con el fin de que el consumidor conozca los sistemas que incorpora cada modelo y opte por la opción más segura.
Asimismo, los fabricantes han realizado en los últimos años un esfuerzo muy importante para ofrecer la mayor cantidad posible de innovaciones en materia de seguridad a un coste cada vez menor. El informe señala que elementos tan esenciales para la seguridad como el airbag, el ABS y el ESP son obligatorios en los vehículos que se venden actualmente en Europa, gracias al impulso de las Administraciones. También pone de manifiesto que, independientemente de la legislación, los fabricantes compiten en un mercado, el de la tecnología y la seguridad, en el que los consumidores marcan la pauta, eligiendo los sistemas de seguridad que mejor se adaptan a sus necesidades reales.
Los fabricantes optan por la homogeneidad más que por la diferenciación
Las diferencias de seguridad que existen entre modelos idénticos también han sido analizadas. El informe compara tres superventas de tres segmentos y tres fabricantes distintos en los mercados de Reino Unido, Alemania, Francia y España, los más importantes de la Unión Europea, y llega a la conclusión de que a la hora de equipar un determinado modelo los fabricantes optan por la homogeneidad más que por la diferenciación. A pesar de ello, se observan diferencias en la implantación de elementos significativos, como los destinados al control electrónico de estabilidad (ESP), tracción (TCS) o frenada en curva (EBD), en los segmentos más bajos. Estos elementos de seguridad están más implantados en Alemania que en el resto de países analizados. Así, por ejemplo, en un mismo vehículo de un segmento bajo, el Control de Frenada es casi inexistente en España, Francia y Reino Unido, mientras que en Alemania está presente en un 80% de los vehículos, algo que ocurre de forma similar con los sistemas ESP y TCS.
Además, un aspecto importante que se ha constatado en el estudio es la gran diferencia de equipamiento entre los segmentos más bajos, que son los más vendidos, con respecto a los superiores. La incorporación de algunos elementos como el ISOFIX disminuye a medida que se baja de segmento, llegando a estar presente en el 60% en los vehículos de categoría A, los más pequeños del mercado. Esta tendencia se repite con el ESP o el TCS, cuya implantación generalizada en todo el parque de vehículos de este segmento no alcanza el 20%.