Durante su intervención, Bieto indicó que los buenos líderes han de estar posicionados para realizar tareas como mandar, dirigir y gobernar, así como influir a sus trabajadores para convertirse en un guía y movilizar al personal de la compañía. A pesar de estos consejos, la situación actual no es favorable debido a factores como la incertidumbre, que dificultan cualquier cambio de situación dentro del entorno de la empresa. Por ello, la directora de ESADE aconsejó que “es necesario adaptarse a una realidad incierta y desarrollar capacidades que permitan detectar nuevas oportunidades”.
En continuación a esto, insistió en que no existe una fórmula concreta que asegure el éxito del cambio, pero propuso cuatro claves para que el liderazgo sea efectivo en situaciones adversas: resistencia, adaptación, anticipación y transformación. Una mezcla de todas ellas sería la combinación ideal, además de una gran dosis de responsabilidad a la hora de liderar a los trabajadores.
Para concluir su ponencia, Bieto apuntó que son necesarios líderes capaces de encabezar proyectos que suponen riesgo, trabajo y esfuerzo, de tener previsión para corto, medio y largo plazo, de atraer y retener a nuevos talentos ofreciéndoles una oportunidad, y ante todo que sean capaces de no emborracharse con el éxito. Tras este coloquio se pasó a un debate donde las participantes plantearon temas como las diferencias entre el liderazgo masculino y femenino, las cuotas de género y herramientas para retener el talento.