Fundación Pelayo quiso una vez mas acercar la magia del circo, a los jóvenes con discapacidad de ambas asociaciones gracias a la generosidad y solidaridad del grupo de empleados y familiares voluntarios, el cual cada año sigue creciendo, por lo que se considera esta iniciativa todo un éxito, logrando que estos jóvenes pasen una jornada rodeada de trapecistas y payasos.
El escenario elegido para este día especial fue El Gran Circo Mundial, al que acudieron 100 jóvenes con necesidades especiales y 30 voluntarios, para acercar a estos chicos a un mundo de magia y diversión, simplificando con ello su integración social y mejorando su calidad de vida.
Esta acción se enmarca dentro de las acciones de voluntariado que la Fundación brinda a sus empleados y su trabajo con el colectivo de personas con discapacidad con el que esta muy sensibilizado.