El Código Civil de España señala que toda persona que provoque un daño a otra, voluntariamente o por descuido, se verá obligada de desagraviar el daño ocasionado. Por eso, numerosos profesionales, mayormente los autónomos, optan por ser precavidos y adquirir un seguro de responsabilidad civil.
En nuestro país en torno al 80 por ciento de los doctores, tienen contratada este tipo de pólizas, las cuales son de igual manera muy habituales entre abogados e ingenieros. No obstante, los profesionales que más precisan de esos seguros son los conductores, ya se dediquen a llevar mercancías o personas.
El permiso de conducir es esencial para los conductores de profesión, debido a que quedarse sin ello, les provocaría perder su medio de vida. Incluso el conductor más prudente puede incurrir en errores, por eso es aconsejable disponer de una póliza de seguros que respalde a dicho profesional en el caso de la retirada temporal del carné. De esta manera, el conductor cobraría una indemnización cada mes a lo largo del tiempo máximo de veinticuatro meses. La cantidad mensual a recibir se calcula considerando las primas, pero generalmente se encuentra entre los 400 y 1.500 euros, incluyéndose la defensa jurídica y las instrucciones para recobrar el permiso. Sin embargo, no cubre la anulación del permiso ni los delitos contra la seguridad vial.
Los transportistas precisan garantías especiales y se les aconseja contratar seguros integrales que incluyan daños personales sufridos en un accidente, incidentes sucedidos con la mercancía, asistencia en carretera e, incluso, la retirada del permiso.
En el caso de los taxistas y chóferes, además de las coberturas habituales, éstos deben buscar un seguro que les cubra la posible retirada del carné debido a una sanción administrativa, aparte de ocuparse de los gastos judiciales y las fianzas.
Por último, aunque el mayor riesgo al que se exponen los conductores profesionales son los accidentes de tráfico, no se pueden obviar las enfermedades habituales del oficio (problemas de espalda, defectos en vista y oídos, etc.). Por este motivo, lo mejor sería contratar una póliza que cubriese también estas circunstancias.